Fotos: picasaweb.google.com/rbaravalle/Marsella
En medio de una protesta sindical, aunque sin saberlo al comprar los pasajes, decidimos hacer un viaje no tan pesado hacia Marsella, y hasta Avignon, la cual prometía tener un castillo medieval a todo trapo. Y era cierto..
Comprar los pasajes no fue tan sencillo porque los compramos sobre la hora y se iban agotando a medida que pasaban los.. minutos!, en internet encontramos de casualidad como llegar, cambiando varias veces qué día ir a Avignon y qué día ir a Marsella. Finalmente encontramos una configuración perfecta. Pero no era perfecta, tenía protestas sindicales junto a ella, aunque me iba a enterar en el camino.
Así, el viernes a la tarde y para no perder la costumbre, nos damos cuenta que probablemente no viajaríamos, porque se suspendía el tren. Tuvimos que ir a chequear personalmente que íbamos a hacer (en el centro de la ciudad, no muy cerca del INRIA), y finalmente terminaron diciendonos que nos subamos al tren y las escalas que teníamos que hacer. Por supuesto había que levantarse mucho antes, tipo 5, para tomar el 33 que pasa enfrente de la residencia y llegar a la terminal a esperar el tren, que iba por suerte a Marsella. Acá las protestas tienen la característica de que cortan ciertos trenes y otros no, no son totales generalmente, o por lo menos nunca me tocó una total, con lo cual la emoción sube :).
Marsella estaba muy sucia. Suponíamos que era por la protesta. Pero no sabemos. Lo mejor que vimos ahí fue el puerto y los calanques. El puerto tiene muchísimo viento. Volví a sentir el frío estilo invierno de Argentina. Por cierto, el francés es distinto, se entiende mucho más (bah lo poco que entiendo) que en Grenoble, que hablan bastante cerrado. Entre otras cosas, vendían los jabones de Marsella, que son famosos aparentemente. Comimos unas milanesas de pollo! recorrimos un poco el puerto y el circuito turístico, que está marcado en rojo en las calles...
Fuimos a una catedral y decidimos ir a los Calanques. Son las entradas del mar a la ciudad, están muy muy buenos. Tomamos un colectivo, después de darnos cuenta que por la protesta había que tomarse 2 subtes antes, para llegar a un área donde los colectivos pasaban. Vimos el estadio de fútbol desde afuera (supongo que del Olympique de Marsella, no hay fotos, ibamos en el cole :() y llegamos al lugar, en el cual los carteles decían una hora caminando... pero valió la pena.
Volvimos tipo 7 y decidimos ir a ver la Notre Dame de Marsella, que estaba arriba de la montaña, pero nos quedamos con las ganas, porque no iban más colectivos. Al menos la vimos desde abajo :).
Salimos para el hostel, nos bañamos y volvimos a comer a algún restaurante. El nivel de cansancio alcanzó extremos insospechados. La comida del restaurante fue sublime. No puedo ponderar lo rica que era, un entrecot con tortilla si mal no recuerdo, era cara y poco abundante, pero el gusto tapaba bastante este defecto.
Por si fuera poco, el agua es tenedor libre en los restaurantes franceses que conozco. Eso es sencillamente un lujo que hace que te concentres en el gusto de la comida, olvidándote del resto.
Nos fuimos a dormir y nos levantamos para ver donde ir, porque a la tarde nos avisaron que a Avignon era imposible llegar, que preguntemos por las dudas al otro día. Yo me confié de mi extraño don, el de sufrir el llegar, pero terminar yendo siempre, y aposté bien.
Nos levantamos temprano y salimos para la ciudad del cuento de hadas, la cual contaré en mi próximo post (lo hago mañana porque me duermo!).
a bientót! (hasta luego).
Que grande! El hombre que sigue recorriendo! Todos los fines de semana en un lugar distinto. Lo que es cobrar en euros... :P
ResponderEliminarMe imagino que seguís viendo The Big Bang Theory! Shamy!
Un abrazo
Jaja hay que tener cuidado de no pasarse. Pero los precios te tientan. Este finde nos quedamos en Grenoble :).
ResponderEliminarPor supuesto! ayer ví el último capítulo que estuvo bárbaro aunque no estaba amy!
un abrazo, ya viene el de Avignon.. :P